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Una prensa comunista para la Cuba Republicana (página 2)




Enviado por Neiky Machado Flores



Partes: 1, 2

Según el historiador de la prensa cubana, Juan
Marrero (2003), el nacimiento de las agencias
cablegráficas contribuyen a la modernización de las
redacciones, en tanto se relegan a un segundo plano vías
más lentas en la difusión de noticias como el
correo y las líneas marítimas. Mientras que para la
investigadora cubana, Janny Amaya Trujillo el lenguaje sencillo y
directo, los titulares llamativos, el principio de la inmediatez,
la mejor utilización de los recursos gráficos y la
diversificación de los temas y géneros lograron
captar más el interés de los lectores y las
ganancias de las empresas (en Amaya y Portal, 2005).

Entonces, en las primeras seis décadas del siglo
XX se estableció en Cuba un sistema de comunicación
compuesto por las empresas periodísticas impresas, la
radiodifusión comercial- monopólica, la
televisión asentada en el propio medio radial y una
infraestructura cinematográfica propicia para la
distribución del cine extranjero. Cada uno de estos medios
vendía el modo de vida norteamericano a través de
sus contenidos y de la publicidad comercial

En esta suerte de "modernización" vivida por la
sociedad cubana en todos los órdenes, se produjo
también una evolución del pensamiento nacional para
frenar el autoritarismo de la dictadura de Gerardo Machado (1925-
1933) en un primer momento, de los sucesivos gobiernos
posteriores y de la burguesía en general. Ante la
caducidad del régimen político, del modelo colonial
y de la dependencia a los Estados Unidos, surgieron
organizaciones políticas e intelectuales que desarrollaron
acciones colectivas para derrotar al régimen de facto de
Machado.

Entre las organizaciones políticas que surgieron
en este período se halla el Partido Comunista de Cuba
(PCC)[2]. Cuando el 16 de agosto de 1925 se funda
el Partido Comunista de Cuba, el marxismo, aunque
había sido divulgado en Cuba desde finales del siglo
pasado, era conocido sólo por grupos relativamente
pequeños de trabajadores y por unos cuantos intelectuales.
La propia membresía de las agrupaciones comunistas y la
casi totalidad de los delegados al Congreso de Fundación
del Partido no eran aún marxistas formados
(Grobart
en Díaz, 2002: 157).

Por eso, desde su fundación el partido
acordó establecer como órgano de prensa semanal al
periódico Justicia. Pero el gobierno de Machado
negó la inscripción del partido como
asociación política, persiguió, detuvo,
desterró y hasta asesinó a sus miembros e
impidió la divulgación plena de sus
ideas.

El proceso de producción periodística
y la distribución de los materiales debieron efectuarse de
manera clandestina, dado el carácter ilegal de la
organización que los elaboraba. Vieron la luz, entonces,
publicaciones como las revistas Venezuela
Libre[3]América Libre
, Joven
Luchador
, Juventud obrera[4]los
periódicos El Trabajador[5]Bandera
Roja
[6](Machado, 2006).

Como las acciones de la prensa clandestina estaban
limitadas por su inestable circulación, la
confiscación de las imprentas, las constantes clausuras,
el reducido número de tiradas y las deficiencias en torno
al formato y diseño de las publicaciones, el PCC se vio
obligado a implementar nuevas estrategias para la
educación político- ideológica de la
sociedad cubana.

En un primer momento estableció publicaciones
legales, en apariencias independientes a la organización,
como las revistas Masas, Mediodía,
Páginas, el periódico La Palabra y el
semanario Resumen. Posteriormente optó por la
implementación de un sistema de comunicación
inserto y a la vez alternativo al sistema de comunicación
republicano. Esta última estrategia la desarrolló
en el marco de lo que Martínez (2002) denominó como
Segunda república burguesa cubana: después de
la Revolución del 30 fue necesaria una segunda
república cubana, también burguesa y neocolonial;
pero muy diferente a la primera.
(Martínez,
2002:6)

La presente monografía expone los resultados de
una investigación presentada bajo el título: "Al
servicio del pueblo: Un estudio sobre los medios de
comunicación creados por el Partido Comunista entre
septiembre de 1938 y mayo de 1948". Ahora se tiene como objetivo:
caracterizar los mecanismos empleados por el partido de los
comunistas cubanos para la educación político-
ideológica entre 1938 y 1948.

El desarrollo se elaboró a partir de los
resultados de la citada investigación que se valió
de los siguientes métodos y técnicas: 1.
análisis de contenido de publicaciones impresas; 2.
revisión bibliográfica documental de libros e
investigaciones previas en torno al tema; 3. entrevista a
investigadores, a protagonistas del quehacer productivo de los
medios de comunicación comunistas, y a militantes del
partido durante la década estudiada, en tanto
constituyeron estos últimos el público meta del
trabajo educativo de la organización
política.

Desarrollo:

Sistema de
comunicación adscrito al PCC

La legalización del Partido Comunista de Cuba, el
13 de septiembre de 1938 constituyó una de las conquistas
democráticas del pueblo cubano tras la Revolución
del 30 o durante la segunda república burguesa de Cuba.
Antes de que se hiciese efectiva la inscripción en el
registro de asociaciones como una organización legal,
estos militantes de izquierda pudieron crear medios de
comunicación para desarrollar su actividad
propagandística.

Un periódico diario, varias revistas, una empresa
editora de libros, una productora cinematográfica, una
entidad dedicada a la distribución de la
cinematografía soviética y una emisora de radio
constituyen medios de comunicación creados por el partido
de los comunistas cubanos entre los años 1938 y 1948, con
el fin de educar a la sociedad cubana, divulgar la
ideología marxista y hacer frente a la propaganda
anticomunista del sistema de comunicación
republicano.

Desde el mes de marzo del propio año 1938 se
creó una empresa editora de libros: la Editorial
Páginas
. Ella editó textos para dos grupos: la
Colección Universal de la Cultura Moderna y la Biblioteca
Cubana Contemporánea. La primera ofreció obras de
escritores y teóricos marxistas que procedían en su
mayoría de la Editorial de Lenguas Extranjeras de la URSS,
de México, de España, Argentina y Uruguay. De igual
forma, se editaron los trabajos de los dirigentes del partido en
el poder, como Iósif Stalin, Jorge Dimitrov, Mao Tse Tung
y los principales títulos de Carlos Marx, Federico
Engels[7]y Vladimir Ilich
Lenin[8]

Mientras, en la Biblioteca Cubana Contemporánea
se publicaron las ideas principales del programa comunista, a
partir de textos de dirigentes del PCC como Blas Roca, Carlos
Rafael Rodríguez, Lázaro Peña, Severo
Aguirre. Se editaron igualmente clásicos de la literatura
cubana escritos a todo lo largo de la historia de la literatura
nacional hasta entonces. Así, a partir de un amplio
sistema de librerías establecido por todo el país
se distribuyeron entre cinco y veinte mil ejemplares por
títulos.

El 16 de mayo circuló por vez primera el
periódico Noticias de Hoy. Con un perfil editorial
marcadamente informativo, para la presentación de sus
trabajos empleó grandes titulares, una prioridad hacia las
noticias de impacto en la primera plana, dedicó
páginas sociales para festejar aniversarios, quinces y
bodas e, incluso, establecieron los anuncios como principal
fuente de sustento. El deporte, la cultura y las páginas
femeninas fueron áreas constantes en la prensa comunista
tanto en el diario como en su magazine dominical.

Esta publicación, como elemento distintivo con
respecto al resto de la prensa, priorizó espacios
dirigidos a la intelectualidad (a partir de secciones como "Mi
opinión y la vuestra"). Una plana y hasta dos siempre
estuvo dedicada al movimiento obrero para informar los
principales eventos que se sucedían en los sindicatos
(reuniones, asambleas, congresos, mítines). La crisis
política nacional se denunció a partir de las
secciones "camerales" y "senatoriales" y de otros espacios como
"instante político" y "noticiario
político".

El partido, también con fin educativo y
político- ideológico, creó las revistas
Mediodía, El Comunista, Fundamentos y Dialéctica.
Todas ellas con un perfil editorial acorde a las
características de los géneros de opinión;
pero dirigidas a diferentes públicos.

Mediodía, destinada esencialmente a la
intelectualidad, exigió altos niveles de
instrucción para decodificar sus mensajes. Sin embargo, en
su formato respetó los cánones de las revistas de
interés general[9]a partir de secciones de
entretenimiento (crucigramas, ajedrez, tiras
cómicas[10]y espacios dedicados a la mujer
y al mundo de la radio.

Durante todo el período de existencia de la
publicación (1936- 1939) recogió un contenido
literario y artístico enfocado en los valores sociales y
educativos del arte. Divulgó además los diversos
problemas de la política nacional e internacional. Carlos
Montenegro, Edith García Buchaca, Ángel Augier,
José Antonio Portuondo, Juan Marinello, Fernando Ortiz,
Mirta Aguirre, Gaspar Jorge García Galló,
Loló de la Torriente Brau, José Zacarías
Tallet, Aníbal Escalante, José Luciano Franco,
Salvador García Agüero, Luis Felipe Rodríguez,
Joaquín Cardoso, María y Aurora Villar Buceta
dejaron su huella en la Mediodía de Nicolás
Guillén y Carlos Rafael Rodríguez.

A partir de 1937, Mediodía
alcanzó una tirada de 10 000 a 15000 ejemplares, a pesar
de las más insospechadas dificultades políticas y
económicas. A principios de 1939 tras haberse consolidado
ya la situación del diario, por decisión del
partido, la publicación se suspendió

(Ángel Augier en entrevista concedida a la autora, lunes
13 de marzo de 2006).

La existencia de un periódico
destinado a todo el pueblo cubano y de una revista para la
intelectualidad progresista no era suficiente para el trabajo
político- ideológico de una organización
marginada del decir de los medios republicanos. Para la
educación interna de la militancia y los afiliados se
hacía necesario el empleo de otro medio de
comunicación. El Comunista (noviembre de 1939-
enero de 1941) y Fundamentos (a partir de abril de 1941)
contribuyeron, desde posiciones teórico- prácticas,
a la labor político- ideológica del partido,
mediante la exposición de las principales interpretaciones
de los trabajos sometidos al debate.

El Comunista y Fundamentos estuvieron dirigidas
esencialmente a los militantes y afiliados al partido; aunque
como estaban a la venta cualquiera podía adquirirlas. De
acuerdo con el público meta, sus perfiles editoriales
respondieron a la divulgación de temas teórico-
prácticos que incidieran en la vida interna del partido, o
de los militantes, y que sirvieran para orientar de esa forma a
la vanguardia de la clase obrera. Cada número apuntaba
cuál de los artículos debía estudiarse en
las asambleas, escuelas del partido y círculos de estudios
de la militancia.

Dialéctica fue una publicación
más especializada de acuerdo con el alto nivel
interpretativo de cada uno de sus artículos. Dirigida por
Carlos Rafael Rodríguez se creó con el fin de
llevar a la intelectualidad
latinoamericana[11]temas teóricos sobre la
producción científica entonces
contemporánea.

A partir de ensayos, esta revista teórico-
filosófica no incluyó problemas de la realidad
cotidiana nacional porque al ceñirse a la actualidad
dejaba al margen aspectos relacionados con la preparación
teórica del hombre de su tiempo. Entre sus
propósitos estuvo la divulgación de los principales
descubrimientos científicos, el desarrollo
artístico y cultural a nivel internacional,
artículos filosóficos, interpretaciones
críticas de la enseñanza de la historia… Ya
lo había advertido en su editorial de presentación:
los más exigentes escritores, artistas y
científicos, encontrarán en sus páginas algo
del material de estudio que les resulta indispensable y que en
ocasiones buscan afanosa e inútilmente

(Dialéctica, mayo- junio de 1942: 1).

El empleo de la cinematografía por parte del
partido persiguió dos objetivos diferentes dentro del
sistema comunista. Por un lado, la Cuba Sono Film produjo
documentales con fines agitativos, para ilustrar los hechos
más significativos de la lucha del pueblo por las demandas
populares. La Blue Ribbon Films, por el otro, llevó
el cine soviético a las salas cinematográficas de
exhibición, para contribuir con la propaganda de los
éxitos del socialismo real. Entonces, la primera estuvo
destinada en lo fundamental a las amplias masas y la segunda, se
extendió al público burgués que frecuentaba
los lugares de proyección (Machado, 2006: 90).

EMPRESA PRODUCTORA DE CINE "CUBA
SONO FILM"

PRODUCCIONES

AÑO

Noticiero gráfico Sono Film.

1938.

Acto a Castelao.

1938.

Gran manifestación de septiembre de
1938.

1938.

Toma de Posesión del Comité Nacional
del Partido Comunista.

1938.

Asamblea juvenil por la constituyente.

1939.

Constitución de la CTC.

1939.

La jata, intento de desalojo en
Guanabacoa.

1939.

Por un Cerro mejor.

1939.

Tercera asamblea general del partido en Santa
Clara.

1939.

Talleres para Hoy.

1939.

Tercer Congreso Nacional Femenino.

1939.

El caso del barco Lady Norse.

1939.

Gran manifestación del 20 de
agosto.

1939.

Llegada de combatientes internacionalistas
cubanos.

1939.

Desfile del primero de mayo.

1939.

El desalojo del hato Estero.

1940.

La lucha del pueblo cubano contra el
nazismo.

1940.

Manzanillo, un pueblo alcalde.

1940.

Escuelas de Ecuador.

1940.

Azúcar amargo.

1943.

¡A trabajar por el pueblo!

1444.

Los carboneros de la Ciénaga, sur de
Batabanó.

1944.

Yaguajay, un pueblo alcalde.

1944.

Un héroe del pueblo español,
José Gómez Ganoso.

1946.

Los precaristas de la hacienda Sevilla.

1946.

Realengo 18.

1946.

Ventas de Casanova.

1946.

Funerales de Jesús
Menéndez.

1948.

PELÍCULAS EXHIBIDAS POR LA
DISTRIBUIDORA CINEMATOGRÁFICA

"BLUE RIBBON FILMS"

El acorazado Potenkim.

Marieta (Mashenka).

Chapaiev

Fortaleza del Volga

Los 10 días que conmovieron el
mundo.

La pandilla de Mickey:

El 1 de mayo en Moscú.

Millonario pobre.

Tempestad sobre el Asia.

La dama asustada.

El diputado del Báltico.

La batalla por Siberia.

La nueva Babilonia.

El contraataque en Moscú.

Canción de la juventud.

Diario de un nazi.

Octubre.

Stalingrado.

Lenin en Octubre.

Un día en la Rusia
soviética.

Alejandro Nevski.

Tanques rojos.

Pedro, el Grande.

Así es el enemigo.

El poder soviético.

Contraataque a Moscú.

Alas de la victoria.

Juramos volver.

Rusia en armas.

Espérame.

Amigos de trincheras tanguistas.

Ella defiende su patria.

Bajo tierra.

Leningrado music hall.

Taxi al cielo.

Así se forjó el acero.

El ejército rojo en acción
(documental).

Ukrania en llamas.

Historia Musical.

Arcoiris.

Canción de Primavera.

Se encontraron en Moscú.

Un drama bajo tierra.

Todos los noticiarios soviéticos en la
lucha contra Hitler.

En la retaguardia enemiga.

La emisora del pueblo Mil Diez
completó y perfeccionó la estrategia del partido
con la incorporación de los programas dramatizados a la
labor de educación política. Además,
garantizó un público más amplio para estas
actividades partidistas, primero por los bajos niveles de
alfabetización de la Cuba de entonces, segundo dado el
número de receptores que existían en la isla y
tercero, porque la calificación de sus interpretaciones
musicales y de sus espacios dramatizados, posibilitaron la
escucha no solo entre las grandes masas del país, sino
también entre la burguesía nacional
(Machado,
2006: 101)[12].

Desde el 1 de abril de 1943 lo que hasta ese momento
habían sido pequeñas incursiones en horarios y
emisoras de poco impacto en la audiencia cubana, se
transformó en la infraestructura necesaria para producir
una programación con alcance internacional. En la parrilla
de programas resaltaban las doce emisiones noticiosas diarias y
el constante flash que interrumpía cualquier espacio
dramático, lírico y de publicidad para reportar un
conflicto laboral o información importante del movimiento
obrero- comunista.

Mil Diez dedicó sus espacios dramatizados no solo
al entretenimiento. "Doctrina y acción" y "Los Forjadores
de la victoria" constituyeron ejemplos del uso de los
códigos dramáticos en función de la
actividad político- ideológica del partido. En
cambio, de acuerdo con el historiador de la radio cubana Oscar
Luis López (1982), lo que garantizó su escucha
entre el público burgués fue la ejecución
por parte de la emisora del primer trabajo sistemático de
información para la música. A través de una
investigación constante de las piezas musicales
nacionales, los comunistas adquirieron partituras únicas y
diseñaron un programa pianístico con obras que se
remontaban a los orígenes del lenguaje musical
nacional.

No es hasta el año 1943 que se pudo hablar de un
sistema de comunicación inserto –y a la vez
alternativo- a los medios republicanos con una
segmentación de públicos que no sólo
consideró las características de los mensajes, sino
también la atención a las diferencias educativas de
la población cubana. Es decir, la creación de la
emisora Mil Diez completó los receptores metas para la
prensa comunista dada la calidad de sus espacios culturales
incidió en la intelectualidad y en los analfabetos que
escuchaban los programas en las bodegas de cada batey. A ello se
le suma la concepción de un diario para toda la
población cubana alfabeta y de revistas para los sectores
comprometidos con el comunismo y con diferentes niveles de
complejidad en cuanto a contenidos, según las competencias
interpretativas de los diferentes públicos para los que
circularon.

Las obras de Marx, Engels y Lenin para los interesados
en la teoría del comunismo, producido por una editorial
que, además, facilitó la publicación y venta
de la literatura cubana por primera vez, a partir de una empresa
editora de libros. Por último, la inclusión de la
cinematografía a través de la exhibición de
producciones nacionales y soviéticas, dirigidas tanto a
los que consumen habitualmente el medio como a los que no lo
hacen; también constituyó una herramienta de la
propaganda comunista cubana.

Y es que se articularon de esa manera, espacios
comunicativos diferentes de la prensa tradicional en las formas
de replicar los criterios de los colegas, en el privilegio de los
anuncios comerciales de las empresas cubanas para fomentar el
desarrollo de la industria nacional y como mecanismos de sustento
de las diferentes publicaciones. La distinción,
igualmente, se dio en el empleo de los niveles de
estratificación partidista para la comercialización
de los impresos y en la distribución de radiorreceptores
de modo gratuito para facilitar la escucha de la emisora entre
quienes no podían adquirir estos equipos en los
comercios.

Sin embargo, la actividad propagandística de los
comunistas, en esta etapa, no se limitó sólo a la
creación de medios de comunicación y a la
selección y diseño de sus contenidos;
también el partido fundó —o
colaboró— con el establecimiento de instituciones
que contribuyeron con el desarrollo cultural de los cubanos. De
igual modo, su dirección de educación y propaganda
estableció mecanismos para la formación
teórica marxista de la militancia y afiliados.

Porque el partido tuvo siempre mucho interés
en elevar el nivel de sus cuadros, dirigentes y masas en general.
Para ese efecto se crearon círculos de estudio en los
barrios, el Instituto de Intercambio Cultural Cubano-
Soviético, la Unión de Escritores y Artistas de
Cuba, el Teatro Popular y la prensa obrera
(Edith
García en entrevista concedida a la autora, jueves 2 de
marzo de 2006).

Mecanismos de instrucción
política.

Los mecanismos de instrucción política se
establecieron desde tres directrices diferentes: la
creación de círculos de estudios barriales, el
establecimiento de escuelas del partido y la publicación
de Los fundamentos del socialismo en Cuba, como el
manual para la formación básica de la
militancia.

Se crearon círculos de estudio en todo el
país, con el objetivo de fortalecer la educación
política e ideológica más básica, a
través de la discusión de los artículos
publicados por el periódico Hoy y la revista El Comunista;
así como el debate de los problemas que afectaban a los
cubanos.

Para la preparación teórica de los
líderes y secretarios generales del partido a nivel
nacional y provincial, se organizaron escuelas del partido que
impartieron conocimientos relativos a lo que era el marxismo
y sobretodo a lo que era la historia de Cuba, una
revalorización de la historia de Cuba; para que se
entendiera en realidad, cual había sido la posición
de los Estados Unidos en nuestro proceso de liberación
nacional y cuáles eran sus manifestaciones actuales

(Edith García en entrevista concedida a la autora, jueves
2 de marzo de 2006).

Vicente Pérez, un militante de aquel
partido comunista, cuenta que en las escuelas del partido y
círculos de estudio, los militantes comunistas aprendimos
a intercambiarnos los libros y luego no lo dejamos de hacer.
Parece increíble pero el periódico empezó en
dos centavos y luego alcanzó hasta cinco y aunque era
barato a veces no los teníamos, y no se podía
cambiar pan por periódico. Nos intercambiábamos el
periódico, lo pasábamos de una mano para otra y
así se duplicaba su tirada. Porque el periódico era
la cartilla para cada uno de los comunistas. Allí se
publicaban las consignas más importantes y la
acción que debíamos desempeñar
(Vicente
Pérez en entrevista concedida a la autora, sábado
18 de Febrero de 2006).

Mas, estas instituciones también se
dedicaron a leer y analizar el libro: Los fundamentos del
socialismo en Cuba
, de Blas Roca, publicado por la editorial
Páginas en dos oportunidades (30 000 ejemplares en la
primera edición y 20 000 en la segunda). Un texto de trece
capítulos, basado fundamentalmente en interpretaciones
medio empíricas, mitad teóricas, de la
ideología marxista y su aplicación en la
Unión Soviética. Por ejemplo, el primer
capítulo: Los regímenes sociales ofrece la
caracterización de los cuatro tipos de sociedades que se
habían "sucedido" en Cuba: "Comunismo primitivo",
"Esclavitud", "Feudalismo" y "Capitalismo". Una taxonomía
que, como se puede ver, trata de encuadrar las etapas del
desarrollo histórico nacional en la historiografía
soviética; pero que es muy útil en lo que refiere
al tratamiento del carácter inevitable del sistema
socialista, como parte de la evolución de las formaciones
económicas- sociales de la humanidad.

Y es que el análisis de este texto,
también formó parte de la estrategia comunista.
Estudiar la dependencia económica como una nueva
opresión, aquella que había frustrado la plena
libertad de la nación cubana a partir del control
extranjero sobre las principales esferas de la producción
y los servicios, fue el objetivo del tercer capítulo. En
el siguiente se ofreció una caracterización
detallada del régimen capitalista cubano, y de sus formas
de opresión al trabajador, a partir de las
conceptualizaciones teóricas del
marxismo[13]De este modo, se trató de
educar no solo en los males del capitalismo cubano, sino
también en los presupuestos de la economía
política.

Las principales manifestaciones de la lucha de
clases
en la sociedad cubana, los miembros de cada una de
ellas y el papel de la clase obrera en la conquista del
socialismo, son los asuntos que se plantean en el cuarto
capítulo. El quinto tiene como objetivo mostrar al
capitalismo como el único sistema capaz de producir
crisis económicas cíclicas. En este
aspecto también aprovecha para evidenciar la superioridad
del mundo socialista para cada una de las clases
sociales[14]

Temas relacionados con el latifundio como el mecanismo
de explotación del campesinado nacional, la necesidad de
revalorizar a la mujer como ser humano con iguales necesidades e
inteligencia que el hombre, la explicitación de las
raíces históricas del pensamiento marxista en la
isla, contribuyeron con la formación teórico-
práctica de quiénes asistían a los
diferentes círculos de estudio en que se debatían
estas cuestiones, e incluso, para aquellos que con leer el texto
comprendían lo que este expresaba. De la misma forma, se
dedicaron capítulos a explicar las últimas
decisiones del partido respecto a los principales acontecimientos
cubanos e internacionales.

Pero a pesar de la política pacifista del partido
de los comunistas cubanos durante la década estudiada, el
texto que constituyó la principal producción
teórica de esta organización de izquierda
presentó la liberación nacional como la tarea
histórica más inmediata del pueblo cubano y la
instauración del socialismo como la única
solución a todos los problemas nacionales
(Roca,
1943: 150). Estas dos ideas, claves del último
capítulo, se relacionaron con las medidas que se
tomarían al producirse la liberación
nacional[15]y, con ello, el establecimiento de un
estado basado preferentemente en las fuerzas de los campesinos,
clases medias, obreros y capitalistas nacionales.

No obstante, la errónea comprensión del
contexto internacional y la confianza en la supuesta coexistencia
eterna entre socialismo y capitalismo, hizo que los comunistas
manejaran la posibilidad de alcanzar estas medidas dentro del
propio sistema capitalista amparados en el capital cubano. La
historia demostraría que en la mayor de las Antillas eso
no era posible, a pesar de todos los intentos que hizo la
propaganda comunista para lograrlo.

Una exposición sistemática,
didáctica y de fácil comprensión, de los
principios y el programa del partido comunista para el
aprendizaje ideo- político de los cubanos de entonces, lo
constituyó este texto de Blas Roca. Desde el inicio de
cada capítulo, una cita resumía el contenido que
desarrollaba a continuación.

Esa estrategia, unido a la explicación del
comportamiento de las categorías económicas del
capitalismo en la sociedad cubana, persiguió poner al
alcance de miles de nuevos comunistas un manual elemental,
fácil y comprensible, que les diera los elementos
indispensables para comprender toda la teoría
científica que sirve de fundamento a nuestro programa.
Pero, al mismo tiempo, he deseado hacerlo de tal forma, que fuera
útil a todos los elementos revolucionarios y progresistas
y a todos los que, sin estar en nuestro partido, aspiran al
socialismo como máximo ideal de la redención
humana
(Roca, 1943: 12).

Sin embargo, no es posible conocer su acción
entre las masas cubanas, sino es través de la
opinión de quienes leyeron estas primeras ediciones:
No hay comunista que no haya leído ese libro.
También muchos progresistas lo leyeron y otros que no
estaban de acuerdo lo leían para poder hacer la contra. Es
un libro muy ameno, muy claro, pudo llegar a un público no
intelectual, porque a lo más alto que llegaba un obrero en
ese momento era a sexto grado. Para su divulgación los
sindicatos jugaron un papel importante: en ellos se crearon
escuelas
(Vicente Pérez en entrevista concedida a la
autora, sábado 18 de Febrero de 2006).

Otros medios de comunicación
comunistas: las publicaciones sindicales.

En este período, según la entonces miembro
del Buró Político del partido comunista Edith
García Buchaca, no podemos subestimar el papel de las
publicaciones de los sectores obreros, de la mujer, de la
juventud, etc. que regularmente contribuían al desarrollo
político e intelectual de miles de personas; así
como a la divulgación y a la resolución de las
demandas específicas de cada uno de esos sectores

(Edith García en entrevista concedida a la autora, jueves
2 de marzo de 2006).

Hacia 1936 inició la publicación
progresiva de boletines y revistas de distintos sectores de la
producción, el transporte y demás servicios. Al
poco tiempo, circulaban desde distintos puntos del país un
amplio número de ellas, principalmente desde La Habana,
Las Villas y Santiago de Cuba. En una exposición efectuada
en 1943 compitieron las siguientes publicaciones
sindicales:

PUBLICACIONES

CTC

Tejidos

Unidad sindical

Mueble

Marcha

El obrero panadero

Voz gráfica

Noticiero musical

Orientación
social

Boletín
ferroviario

El esfuerzo

Porvenir

Lux

El tranviario

El constructor

Aurora

Dalila

El repartidor

Unidad clínica

Futuro social

Azúcar

El dependiente

Agutex

Boletín federal

En 1945 circulaban en la isla treinta y una revistas
obreras, cuya tirada total ascendía a 100 000 ejemplares.
Aunque, como publicaciones específicas de un determinado
sector delimitaron su esfera de información a las
reivindicaciones y aspiraciones específicas
correspondientes a cada uno, todas ellas trataron de dar
cobertura a asuntos de interés general de los trabajadores
y del pueblo. Y es que este tipo de prensa se convirtió en
un vehículo de educación para cada uno de los
sindicatos, un compendio cultural que sirvió para la
divulgación de sus intereses, la educación
política y el cumplimiento de sus demandas; así
como para apoyar a la propaganda ejercida por el sistema de
comunicación del partido de los comunistas
cubanos.

Unas
instituciones para promover la cultura nacional

El Teatro Popular, la Unión de
Escritores y Artistas de Cuba (UEAC) y el Instituto de
Intercambio Cultural Cubano- Soviético son tres
instituciones creadas por el partido de los comunistas cubanos
durante la década de estudio, para el desarrollo cultural
de la población cubana, como parte de su trabajo
político- ideológico.

La Unión de escritores y Artistas
de Cuba
(UEAC) fue la de menor duración temporal. Su
creación en septiembre de 1938 hizo realidad el
sueño acariciado desde 1935 de fundar una
organización que nuclease a los artistas y escritores
revolucionarios. En la versión mimeografiada de su
Proyecto de Declaración de Principios, redactado por Guy
Pérez Cisneros, se adscribieron José Lezama Lima,
Jorge Arche, Gastón Baquero y Justo Rodríguez
Santos.

Con variadas secciones dedicadas a
literatura, música y artes plásticas
fundamentalmente, la secretaría y vice-secretaría
de Juan Marinello y Nicolás Guillén, realizaron la
primera actividad pública en el mes de diciembre: un
homenaje a Pablo de la Torriente Brau en el segundo aniversario
de su caída en combate en España.

Realmente no existe constancia directa de
que las gestiones de esta institución respondiesen a los
lineamientos del partido, aunque la participación de
Marinello y Guillén garantizó el apoyo a la
actividad político- ideológica y educativa del
pueblo cubano a través de exposiciones, homenajes, puestas
en escena y de la defensa de la actividad artístico-
cultural de escritores y artistas cubanos. El cese de sus
actividades en marzo de 1940 le impidió continuar su
colaboración con la actividad comunista.

En 1943, con el lema: "El teatro al
servicio del pueblo", subió a la escena cubana el
Teatro Popular. En el Salón- teatro del Sindicato
de los Torcedores debutaron con dos piezas nacionales: "Con los
pies en el suelo", de José Luis de la Torre, y "Guerrillas
del pueblo", de Oscar Valdés.

Con el Teatro Popular, Lázaro
Peña, José Antonio Ramos, José Manuel
Valdés Rodríguez, Rafael Suárez
Solís, Zoila Gálvez, Nicolás Guillén
y Gonzalo Iturrioz anhelaron constituir un teatro de guerra, que
expresara la aspiración nacional e internacional de acabar
con la Segunda Guerra Mundial. Estos fueron los propósitos
recogidos en el llamamiento de la CTC a los trabajadores para la
inscripción como socios individuales, y en el caso de los
sindicatos y federaciones como socios colectivos, con una cuota
mensual a cambio de un número fijo de entradas que
podían ser sorteadas entre sus miembros u obsequiadas como
premios.

Se trató de un teatro vinculado al
pueblo no sólo por su proyección ideológica,
sino por su forma organizativa, por sus métodos de
trabajo, en coordinación con las comisiones de la CTC y
por el fomento de los Cuadros de Declamación integrados
por Trabajadores. Tales acciones permitieron extraer de la clase
obrera buenos actores que luego la institución se
encargó de formar.

De igual modo, a través de la prensa
y la radio revolucionaria —el periódico Hoy y la
radioemisora Mil Diez— se exhortó a los escritores,
experimentados o noveles, a la creación dramática y
al envío de sus obras a la Sección Literaria de
Teatro Popular para su evaluación y posible puesta en
escena.

A partir de la tercera representación, la calidad
artística permitió que Teatro Popular se asentara
en el teatro de la Comedia. Ya desde el inicio del segundo
semestre del año, la institución se sintió
estabilizada, contaba con gran afluencia de público a las
funciones y sus puestas en escenas tenían buena
acogida.

En el primer año presentó 17 obras de
teatro contemporáneo, doce de las cuales
correspondían a autores nacionales, y no sólo lo
hizo en el Teatro de Comedias sino que al amparo del Decreto
609, que obligaba a los empresarios a ceder dos días al
mes el teatro a la Compañía que lo solicitara
recorrió numerosos teatros de la capital y algunos del
interior
(Díaz, 2002: 228).

También para la exhibición de piezas,
inauguró un escenario portátil, el 17 de septiembre
de 1944 en la plaza de la Catedral con la representación
de la obra: "Moliere: El ricachón de la Corte". La
presentación resultó una apoteosis, 2000 sillas no
alcanzaron, la multitud la vio de pie. De esta forma, los
promotores de Teatro Popular, cumplieron verdaderamente la
aspiración máxima de la institución: estar
al servicio del pueblo.

Numerosas fueron las obras de denuncia del teatro cubano
que estrenó o repuso Teatro Popular: "La Recurva" y
"Tembladera" de José Antonio Ramos, "El relevo" de
Félix Pita Rodríguez, "Los perros de Radziwill" de
Carlos Montenegro. Además presentó importantes
piezas de la literatura soviética como "La madre" e
"Invasión de Leonor" de Máximo Gorki, con lo cual
se convirtió en la única institución teatral
cubana que realizó una labor de este tipo en la
República Neocolonial.

Las experiencias de Paco Alfonso en el mundo teatral,
adquiridas durante la convulsa década del 30, le
permitieron utilizar el valor propagandístico de la
actividad escénica no sólo para el trabajo
político- ideológico en las grandes masas cubanas,
sino también en el desarrollo de esa real
comunicación entre el teatro genuinamente nacional y el
pueblo cubano.

Obras representadas por Teatro
popular

Autores

Todos los hijos de dios tienen alas

O´Neil

Camino del tabaco

Caldwel

El alcalde de Zalamea

Federico García Lorca

Mariana Pineda

Federico García Lorca

Guerrillas del pueblo

Oscar Valdés

Sabanimar

Paco Alfonso

Voces de Trinchera

Paco Alfonso

Llamémosle X

Álvaro Custodio

Camino real

Martínez Allende

Sangre negra

Richard Wright

El pueblo ruso

K. Simonov

Con los pies en el suelo

José Luis de la Torre

Azul, blanco y negro

José Luis de la Torre

Poemas con niños

Nicolás Guillén

Estampas martianas

Félix Lizaso y Rafael Marquina

La Recurva

José Antonio Ramos

Tembladera

José Antonio Ramos

La Oración

Félix Pichardo Moya

Vida subterránea

Vicente Rodríguez Valdés

Junto al río

Luis A. Baralt

Contra la corriente

Luis Felipe Rodríguez

TEATRO POPULAR

Principales
directores

Principales
escenógrafos

Paco Alfonso

Romero Arciaga

Álvaro Custodio

Gerardo Tejedor

Rafael Marquina

Amador Domínguez

Francisco Martínez

Roberto Diego

José López Ruiz

Rolando Gutiérrez

Agustín Campos

Roberto Vázquez

Mientras, el Instituto de intercambio
cultural cubano- soviético
se creó el 9 de
abril de 1945. Este centro, bajo la dirección de Edith
García Buchaca agrupó a numerosos intelectuales,
artistas y hombres de ciencias de ambos países que
cooperaron con la educación ideo-política y el
desarrollo cultural del pueblo cubano.

Contribuyó a ofrecer respuestas a la
propaganda burguesa. La exposición: "Logros de la
Unión Soviética" que se montó en el
Salón de los Pasos Perdidos del Capitolio Nacional
promocionó éxitos del socialismo en las diferentes
esferas; así como los símbolos nacionales de ese
país.

A su cargo también estuvo la
publicación de la revista Cuba y la URSS, con
iguales objetivos basados en la divulgación de los
triunfos del socialismo real, para con ello despertar en las
masas la admiración y el respeto hacia el pueblo
soviético, lo que fue posible por las condiciones creadas
a raíz de la Segunda Guerra Mundial, donde la URSS
superó al fascismo.

Política de Guerra Fría y
sistema de comunicación comunista.

Cuando concluyó la Segunda Guerra
Mundial y, por ende la alianza internacional entre capitalismo y
socialismo, Estados Unidos desató contra América
Latina la llamada Guerra Fría. En Cuba, el gobierno de
Ramón Grau San Martín puso particular empeño
en obstaculizar la labor de la prensa comunista y de las
instituciones vinculadas al movimiento sindical.

Como la actividad política del
partido, la de sus medios se hizo paulatinamente insostenible. En
1946, la Blue Ribbon Films había perdido su sentido de
existencia pues solo distribuía películas mexicanas
y estadounidenses. Un año después la revista
Dialéctica desaparece por la ilegalización de los
partidos comunistas latinoamericanos y la pérdida del
presupuesto que tales organizaciones aportaban para su
sostenimiento.

En 1948, el gobierno asaltó y
destruyó los locales de la Cuba Sono Films y la Mil Diez.
La editorial Páginas "sobrevivió" apenas hasta el
año 1949 pues la divulgación de sus producciones
dependía del resto de los medios del partido. La revista
Fundamentos y el periódico Hoy fueron las únicas
publicaciones que se mantuvieron circulando hasta
1953.

Parecidos destinos corrieron las revistas
CTC de la Central sindical y Azúcar de la
Federación Nacional de Trabajadores Azucareros (FNTA), que
fueron convertidas en instrumentos para la difamación de
las actividades revolucionarias, al servicio de los patronos y de
su politiquería.

Pocas de las numerosas revistas de los
sectores obreros lograron sobrevivir, víctimas del
abandono o de la incautación por parte de los enemigos de
la clase obrera, de su progreso y de la cultura, cuando se
generalizó el asalto y ocupación de las propiedades
del movimiento sindical.

Conclusión

Los comunistas cubanos agrupados durante la
República en el PCC primero, luego en el PURC y
posteriormente en el PSP, desarrollaron entre septiembre de 1938
y mayo de 1948 su mayor actividad mediática, a partir no
solo de la creación de espacios comunicativos para
propagarse ideológicamente, sino también por el
establecimiento de un sistema de comunicación, inserto en
el Sistema de Comunicación Republicano y alternativo al
resto de esa prensa nacional, como se expone en el siguiente
cuadro sinóptico:

Monografias.com

La aplicación de la política de Guerra
Fría y el carácter anticomunista del gobierno de
Ramón Grau San Martín auspiciaron el ataque a los
sindicatos obreros, al Partido Socialista Popular y, finalmente,
el desmantelamiento de cada uno de los medios de
comunicación.

Bibliografía

Amaya Trujillo, Janny y Rayza Portal Moreno.
Selección de lecturas de Comunicación y
Sociedad Cubana,
La Habana, Editorial Félix Varela,
2005.

Amaya Trujillo, Janny. La Comunicación en
Cuba (1921-1925). Una aproximación al sistema de
comunicación institucional
. Tesis de Diploma
(inédita), Facultad de Comunicación, Universidad de
la Habana, 2003.

Dialéctica en Dialéctica, La
Habana, volumen I, número 1, mayo- junio de 1942, p.
2-3.

Dialéctica en Dialéctica, La
Habana, volumen II, número 1, marzo- abril de 1943, p.
81.

Díaz García, Rita: Abriendo caminos.
El movimiento obrero cubano en la educación y la cultura
1899-1958
, La Habana, Editorial Pueblo y Educación,
2002.

Guillén, Nicolás: Páginas
Vueltas. Memorias
, La Habana, Ediciones Unión,
1982.

Machado, Flores, Neiky: Al servicio del pueblo: Un
estudio sobre los emdios de comunicación creados por el
Partido Comunista entre septiembre de 1938 y mayo de 1948,

Tesis de Diploma, Facultad de Comunicación, Universidad de
la Habana, 2006.

Marrero, Juan: Dos siglos de periodismo en Cuba.
Momentos, hechos y rostros
, La Habana, editorial Pablo de la
Torriente, 2003.

Martínez Heredia, Fernando: El pueblo de Cuba
y el 20 de Mayo
en revista La Gaceta de Cuba, número
3, mayo- junio de 2002, p. 3-7.

Roca, Blas: Los fundamentos del socialismo en
Cuba
, La Habana, Editorial Páginas,1943.

Sacerio Mirian: ¿Qué fue de la Cuba
Sono Film?
en revista Bohemia, número 26, 29 de junio
de 1984, p. 14- 19.

Smorkaloff, Pamela María: Literatura y
Edición de Libros (1900-1987). La cultura literaria y el
proceso social en Cuba
, La Habana, Editorial Letras Cubanas,
1987.

 

Notas.

[1] La Enmienda Platt fue impuesta por el
gobierno de ocupación militar yanqui como apéndice
a la Constitución de 1901. Establecía limitaciones
a la soberanía cubana en sus relaciones internacionales y
validaba todos los actos realizados por la ocupación.
Omitía a la Isla de Pinos de los límites
territoriales cubanos. El artículo tercero daba a los
Estados Unidos el derecho a intervenir en Cuba para conservar su
independencia y para mantener un Gobierno adecuado para la
protección de vidas, propiedad y libertad individual. El
séptimo establecía la venta o arrendamiento a los
estados Unidos de tierras para carboneras o estaciones
navales.

[2] Como parte de decisiones
estratégicas de la lucha revolucionaria, el PCC en la
República cambió de nombre en dos oportunidades. En
agosto de 1939 se denominó Partido Unión
Revolucionaria Comunista (PURC) y a partir de enero de 1944
Partido Socialista Popular (PSP).

[3] Venezuela Libre comenzó a editarse
en 1925 y se trató de un órgano revolucionario con
un enfoque latinoamericanista que, aunque tenía un Consejo
de Dirección, era dirigido realmente por Rubén
Martínez Villena. En abril de 1927 aparece la revista
América Libre, como su continuadora editorial.

[4] El Departamento Juvenil de la
Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC) creó
las revistas Joven Luchador y Juventud Obrera en el año
1929. Juventud obrera entre 1930 y 1934 pasó a ser el
órgano oficial de la Liga Juvenil Comunista.

[5] El Trabajador apareció por vez
primera en Julio de 1931.

[6] En condiciones de semilegalidad, Bandera
Roja, desde el 9 de septiembre de 1933, divulgó la
convocatoria, el desarrollo y los resultados más
importantes del VII Congreso de la Internacional Comunista, las
decisiones de los Plenos del Comité Central del Partido;
así como numerosos artículos de o sobre Lenin,
Stalin, Rosa Luxemburgo, Liebknecht, Dimitrov…

[7] De Carlos Marx y F. Engels se
publicó: EL capital, El manifiesto comunista, L. Feuerbach
y el fin de la filosofía clásica alemana, Anti
Dühring, El origen de la familia, la sociedad civil y el
estado, El XVIII Brumario de Luis Bonaparte…

[8] Entre las obras más importantes
divulgadas y publicadas por la editorial se puede señalar
las Obras Escogidas de Lenin en dos tomos que abarcaron sus
principales trabajos: ¿Quiénes son los amigos del
pueblo y cómo luchan contra los socialdemócratas?,
¿Qué hacer?, El imperialismo fase superior del
capitalismo, El programa militar de la revolución
proletaria, Las tareas inmediatas del poder soviético, El
Estado y la Revolución, La enfermedad infantil del
izquierdismo en el socialismo.

[9] Las publicaciones de interés
general, establecidas con carácter de empresa, iban
dirigidas al gran público cubano y seguían los
cánones establecidos por los magazines norteamericanos
desde principios de siglo…Desarrollaban prioritariamente
aquellos temas relacionados con la esfera entretenida, amena y
agradable de la vida, aunque el interés por abarcar la
mayoría de los sectores del público en aras de su
rentabilidad económica los llevaba a incluir
artículos de todo tipo. La crónica social, los
deportes, el teatro, el cine y las artes en general eran el plato
fuerte de estas publicaciones, trabajados en un tono ligero,
anecdótico a veces, sin grandes pretensiones reflexivas
que pudieran agobiar al lector. Incluso los trabajos de
contenidos más densos, como las críticas
literarias, los artículos históricos, o los
comentarios de temas sociales o políticos eran abordados
siguiendo el principio de evitar el aburrimiento, con la
utilización de un lenguaje sencillo, informal y poco
solemne. Todo esto, acompañado por un sofisticado
despliegue de la gráfica y la fotografía, utilizada
no ya únicamente como elemento decorativo de los textos,
sino como complemento y apoyo de estos, y adquiriendo nuevas
funciones comunicativas… como poderosos lenguajes
alternativos que podían entrar en competencia con la
escritura. (Amaya, 2005: 100- 101) Autor: MSc. Neiky Machado
Flores neiky@uclv.edu.cu Síntesis curricular. Licenciada
en Periodismo (Universidad de la Habana, 2006), Máster en
Ciencias de la Comunicación (Universidad de la Habana,
2009). Profesor Asistente del departamento de Periodismo de la
Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas,
institución en la que labora desde su graduación.
Profesora de las asignaturas “Ética y
Deontología del Periodismo” e “Historia de la
prensa en Cuba” (pregrado); así como de
“Comunicación Comunitaria” (posgrado).
Coordinadora del Diplomado “Tendencias
Contemporáneas del Periodismo y la
Comunicación”. Desarrolla sus investigaciones en el
campo de la historia del periodismo nacional y en las
prácticas comunicativas que se dan al interior de las
comunidades. Es tutora de Trabajos de Diploma y ha participado en
eventos nacionales como ponente. Ha recibido cursos de posgrados
en el campo de la producción periodística y de los
estudios actuales en Comunicación; así como cursos
de especialización en computación e idioma
francés en la Alianza Francesa de la Habana. Miembro de la
Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y como profesional de
la prensa realiza colaboraciones con la televisión en
Villa Clara y en revistas informativas digitales.

[10] Se trata de un espacio que, a
través del humor ejerce una crítica socio-
política a las decisiones políticas de
líderes nacionales e internacionales y hasta de los
más importantes estadistas de la época.

[11] La revista tenía agentes en varios
países latinoamericanos: Argentina, Editorial Problemas;
Colombia, Ediciones Sociales; Costa Rica, Carlos Ruiz
Sáenz; Ecuador, César Endara; México, Fondo
de Cultura Popular; Panamá, Librería Salón
Guarina; Uruguay, Librería América; Puerto Rico,
Librería Moderna.

[12] Según el censo de 1943,
existían en Cuba un 20% de analfabetismo en la ciudad y un
42% en las zonas rurales. El número de receptores en manos
de la población era 100 000, elemento este que superaba la
circulación de los impresos del partido.

[13] Producción de mercancías,
mercado, concentración y acumulación del capital,
fuerza de trabajo, plusvalía.

[14] Allí donde no existe el capitalismo
no existen estas crisis económicas. Tal ocurre en la
Unión Soviética, donde existe un régimen
socialista. Allí no hay crisis económicas;
allí los comercios no quiebran, ni los campesinos se
arruinan, ni las fábricas se destruyen, ni los obreros
quedan desocupados. Allí por el contrario, la
producción aumenta de año en año, se
levantan nuevas fábricas y se perfecciona el cultivo de
los campos, al mismo tiempo que el poder adquisitivo de toda la
sociedad aumenta también incesantemente (Blas Roca, 1943:
90).

[15] Entre las medidas que propone incluye
algunas educativas que resultan significativas al reflejar el
interés del partido en la educación de las masas:
Establecimiento de por lo menos una universidad en cada
provincia, creación de brigadas de jóvenes
voluntarios para enseñar inmediatamente por lo menos a
leer y a escribir a los analfabetos, ediciones de libros
(Martí, Mella, Baliño, Poey, Dante, Marx, Engels,
Lenin, Stalin, Cervantes, Shakespeare, Rosseau, Franklyn Diderot,
Tolstoy) y la utilización de la radio y el cine
también como medios de divulgación cultural y
científica al alcance de todos.

 

 

Autor:

MSc. Neiky Machado Flores

Síntesis curricular. Licenciada en
Periodismo (Universidad de la Habana, 2006), Máster en
Ciencias de la Comunicación (Universidad de la Habana,
2009). Profesor Asistente del departamento de Periodismo de la
Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas,
institución en la que labora desde su graduación.
Profesora de las asignaturas "Ética y Deontología
del Periodismo" e "Historia de la prensa en Cuba" (pregrado);
así como de "Comunicación Comunitaria" (posgrado).
Coordinadora del Diplomado "Tendencias Contemporáneas del
Periodismo y la Comunicación". Desarrolla sus
investigaciones en el campo de la historia del periodismo
nacional y en las prácticas comunicativas que se dan al
interior de las comunidades. Es tutora de Trabajos de Diploma y
ha participado en eventos nacionales como ponente. Ha recibido
cursos de posgrados en el campo de la producción
periodística y de los estudios actuales en
Comunicación; así como cursos de
especialización en computación e idioma
francés en la Alianza Francesa de la Habana. Miembro de la
Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y como profesional de
la prensa realiza colaboraciones con la televisión en
Villa Clara y en revistas informativas digitales.

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